El domingo 1 de
diciembre hará año y medio que abrí el blog y el martes 3 cumplirá 18 meses la
primera entrada. Lo hice para compartir mis impresiones sobre los libros que
voy leyendo, hablar sobre Literatura y compartir mi afición lectora, la cual he
recuperado gracias a mi faceta como bloguera.
Mi yo bloguero ha conseguido que deje de ser sólo lectora de clásicos
rusos e ingleses del siglo XIX y de leer sólo durante las vacaciones estivales.
He recuperado la lectura de libros juveniles y he descubierto la novela policíaca, la romántica adulta, la erótica, la histórica y el chick-lit mientras que uno de los
descubrimientos del 2014 será la landscape novel, ya que no creo que lo lea en 2013 porque Las bostonianas de Henry James me está aburriendo y me cuesta sacar
tiempo para dedicarle a su lectura.
Gracias al blog y a mi
presencia en las redes sociales (Twitter y
Facebook principalmente) he
descubierto editoriales españolas e italianas (aunque a muchas de las de Italia
las he descubierto dedicando tiempo a curiosear las estanterías de las
librerías de Padua), lo que hace que esté más o menos al tanto de las novedades literarias. También he descubierto títulos, autores y blogs (algunos más
interesantes que otros).
Mi formación es de
historiadora y arqueóloga medievalista, y de bibliotecaria desde junio de 2012.
Digo esto porque lo último que estudié de Literatura fue para la Selectividad,
la cual hice a mediados de junio de 2005. Siempre me ha gustado todo lo
relacionado con la investigación literaria y el mundo editorial, un sector
profesional bastante desconocido para mí pero que cada vez me atrae más.
Conversar en blogs y
redes sociales sobre libros me llena mucho pero una conversación cara a cara me
resulta aún más gratificante. La idea de esta entrada ha surgido hace un ratito
tras haber charlado con un par de amigas sobre la fiabilidad de los fenómenos
y/o premios literarios durante la pausa del café de media mañana (lunes 25 de
noviembre). Me ha sorprendido descubrir que ninguna de las tres haya leído (ni
tenga pensado hacerlo) best-sellers como
Los juegos del hambre, Juego de Tronos y Cincuenta sombras de Grey, y que las tres hayamos oído hablar
maravillas de ellas, sobre todo, de la última pero siempre se tratan de personas que
apenas leen.
Otra conversación
interesante sobre Literatura la tuve con una gran amiga del colegio el viernes
por la tarde (22 de noviembre) y también mientras tomábamos un café. En este
caso la charla se centró en los libros infantiles y juveniles que nos marcaron
siendo niñas y que despertaron nuestras respectivas vocaciones: Magisterio en
el de ella e Historia en el mío. Le comenté que me sorprende que si quiero leer
en una novela sobre temas polémicos y actuales como el ciberacoso, la
prostitución de chicas menores de edad, los embarazos no deseados en
adolescentes, la privacidad en las redes sociales, el sexting, etcétera, lo encontraré con más facilidad en la Literatura Juvenil que en la adulta.
Otra persona con la que
llevo más de una década hablando sobre libros es con mi mejor amigo. Nuestras
conversaciones giran más sobre escritura que sobre lecturas. Hemos tenido
charlas muy interesantes cara a cara pero también por Messenger, los chats de
redes sociales como Tuenti y Facebook, whatsapp o por teléfono.
Me gustaría terminar esta entrada diciendo que tengo la suerte de que en mi entorno más cercano haya personas muy lectoras (amigos y familiares), otra cosa es que nuestras conversaciones sobre libros sean más o menos habituales. Ahora que se acerca la Navidad (y mi cumpleaños también está relativamente cerca) y hay que empezar a escribir la carta a los Reyes, en mi familia hablaremos sobre libros aunque sea para decir título, autor y editorial de aquellas novelas (o monografías porque alguna vez he pedido alguna sobre metodología arqueológica y este año creo que volveré locos a mis padres con alguna de las más recientes sobre vikingos que se hayan publicado en español) que nos gustaría que nos regalasen la mañana del 6 de enero de 2014.
Me gustaría terminar esta entrada diciendo que tengo la suerte de que en mi entorno más cercano haya personas muy lectoras (amigos y familiares), otra cosa es que nuestras conversaciones sobre libros sean más o menos habituales. Ahora que se acerca la Navidad (y mi cumpleaños también está relativamente cerca) y hay que empezar a escribir la carta a los Reyes, en mi familia hablaremos sobre libros aunque sea para decir título, autor y editorial de aquellas novelas (o monografías porque alguna vez he pedido alguna sobre metodología arqueológica y este año creo que volveré locos a mis padres con alguna de las más recientes sobre vikingos que se hayan publicado en español) que nos gustaría que nos regalasen la mañana del 6 de enero de 2014.
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