Hemos quedado con Meritxell
Terrón, periodista y cofundadora de la plataforma de literatura gamificada Literup,
para conversar sobre edición literaria y emprendimiento en una acogedora
cafetería de Gandía. Nos gustaría agradecerle a Meritxell Terrón que haya
sacado un pequeño hueco en su apretada agenda para tomarse un café y desayunar
con nosotros.
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Meritxell,
¡buenos días! Me gustaría felicitarte por tener Literup una identidad
corporativa tan bien trabajada y atractiva que proyectáis a través de las redes
sociales. ¿Cómo las habéis desarrollado? ¿Consideras que hoy día es importante
poseer una buena marca personal tanto para un profesional autónomo como para
una empresa?
¡Buenos días! Creo que lo más importante es
tener claros los valores que quieres transmitir. En nuestro caso, la cultura
accesible para todos, el apoyo a las personas no normativas y el mimo a
nuestras publicaciones. Como hemos pasado por aceleradoras, estas nos dieron
las herramientas para trabajar y pulir nuestra identidad corporativa, así que
prácticamente desde el principio hemos tenido claro los valores. La cultura
accesible, por ejemplo, fue lo que motivó la creación de Literup, así
que para nosotros es el más importante. Y sí, tener una buena marca personal,
sobre todo si tienes mucha competencia, te ayuda a tener una identidad única y
conseguir clientes alineados con tu visión. De este modo, una cohesión entre tus
publicaciones, ya sea en redes sociales o en edición en papel, demuestra
seguridad y confianza en las personas que hay detrás de la marca.
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En
la actualidad una empresa ha de crear una identidad corporativa que sea
atractiva, coherente y acorde con la imagen que quiera proyectar hacia sus
potenciales clientes, y eso incluye el diseño de un logotipo, una página web,
el uso de unos colores y/o tonalidades concretos, la creación de una firma para
el correo electrónico profesional, etcétera. ¿Cómo ha sido el proceso de
diseñar vuestra identidad corporativa? ¿Lo habéis hecho vosotros solos o habéis
confiado en el trabajo de otros profesionales?
Al principio nos llamábamos El Libro del
Escritor (parece que hayan pasado décadas, jajaja) porque inicialmente
estábamos orientados a herramientas de escritura. Nuestro logo estaba compuesto
por el nombre de la empresa junto con una pluma, símbolo que siempre ha
representado la escritura. Lo que sí estudiamos más fue la paleta de colores.
Nuestra imagen corporativa se basaba en el naranja porque está asociado a la
creatividad y energía, que era lo que queríamos transmitir. En 2017 la empresa
tuvo un cambio drástico con el renaming, debido a que nuestro nombre no
englobaba a gran parte de la comunidad literaria: los lectores. En ese caso,
contratamos a un profesional para que nos guiase durante el proceso. Sin duda
alguna, escoger el nombre fue lo más complejo. Barajamos mil y una ideas, pero
al final escogimos Literup porque transmite lo que somos: literatura y
gamificación. También buscábamos un nombre que pudiese usarse globalmente y que
cualquier persona entendiera el significado tras nuestra identidad. Así que se
quedó en la unión de la literatura (Liter) y la subida de nivel de la
gamificación (up). Por eso nuestra frase corporativa es «Lee. Escribe. Sube de
nivel».
Para el diseño buscábamos algo atractivo e
innovador que, por supuesto, no quedara desfasado en un breve periodo. Para la
paleta mantuvimos ese naranja creativo conectado al verde, que transmite la
confianza que tenemos en nuestros escritores noveles.
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¿Cómo
definirías Literup y el trabajo que haces en ella?
Literup es una plataforma que te enseña a
escribir y leer mejor, con mayor profundidad y análisis. Y estos conocimientos
los hemos puesto a prueba gracias a la gamificación de nuestras competiciones,
en las que los participantes han aprendido a escribir con criterios acotados y
a analizar textos con respeto.
La editorial es una extensión de estos
valores. Traemos voces nuevas con personajes no normativos a precios accesibles
y con ediciones muy cuidadas. En todos los casos ha habido un proceso de
formación con nuestres autores para que sean capaces de desarrollar al máximo
su potencial.
Yo me encargo de toda la parte comunicativa,
bien sea con los artículos del blog, bien con la corrección editorial, e
incluso mailing y redes sociales. Es un trabajo con el que disfruto mucho y me
ha permitido encajar en un lugar a pesar de mi minusvalía, muy en sintonía con
lo que transmitimos.
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Os
conocí hace unos años cuando erais El Libro del Escritor. ¿Cómo habéis
evolucionado como empresa?
Cuando empezamos como El Libro del
Escritor no imaginábamos que terminaríamos abriendo una editorial. Pero fue
un gran paso para incluir a la comunidad lectora. Además, ofrecemos la
posibilidad de leer los relatos de los participantes en nuestra web. Es cierto
que llevamos con el proyecto casi seis años y hemos madurado mucho
profesionalmente. Hemos ganado experiencia emprendedora, que nos ha servido
para asentar las bases de la empresa. Ha sido un camino largo, pero gracias a
todas las horas que le dedicamos a Literup hemos conseguido tener la
formación necesaria para que lo que empezó como una simple idea se convirtiera
en lo que es ahora.
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No
es fácil emprender ni tampoco convertir una afición que te apasiona en un
trabajo remunerado con el que pagas impuestos y facturas. ¿Por qué decidiste a
arriesgarte y convertirte en una profesional freelance de la edición literaria y ser también una escritora
emprendedora? ¿Cómo fueron tus inicios?
Cuando hice el Máster de Escritura Creativa
ya tenía en mente que probablemente acabaría siendo autónoma. Mi padre lo es,
así que lo he vivido desde pequeña. Por lo que no era una opción extraña ni muy
descabellada. Y ya cuando iniciamos la actividad con El Libro del Escritor
pensamos en abrir la opción de ofrecer servicios editoriales. Y así empezó mi
aventura emprendedora en la edición literaria.
Después he estado llevando webs/blogs y
redes sociales de PYMES, posicionamiento SEO, etc. Y con la fibromialgia/fatiga
crónica tener un trabajo presencial a jornada completa es muy, muy complicado.
Pero ser freelance me permite administrarme, trabajar cuando me encuentro mejor
(normalmente por la tarde-noche). La peor parte son los meses en los que no hay
encargos, o muy pocos, porque los gastos fijos siguen ahí: gestoría, cuota de
autónomos… Sin olvidar que, por mucho que el Gobierno diga que ayudará a los
autónomos, ésta aumenta.
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Hay
muchas profesiones dentro del sector literario y muchas de ellas son bastantes
desconocidas: editor, corrector de textos o traductor por citar algunas de las
más características. Algunas de ellas la hacéis en Literup. ¿Qué
importancia tiene el informe de lectura, la corrección de textos y/o el
asesoramiento para una persona que quiera escribir y publicar una novela?
Siguiendo la línea temporal, hay personas
que tienen una idea, pero no saben cómo ponerla en marcha o se quedan
bloqueadas en un punto y no logran continuar. La mayoría de las veces, cuando
hay un bloqueo, es por la falta de formación técnica o simplemente porque son
brújula y no se han detenido a analizar bien la novela. El asesoramiento
permite que trabajemos conjuntamente para conseguir encauzar la historia con
reuniones semanales y corrección de lo nuevo que se vaya trabajando.
Después tendríamos la corrección
ortotipográfica y de estilo. Este servicio sirve para corregir palabra por
palabra todos los errores inequívocos y sugerir cambios, adaptar el estilo al
medio, público objetivo y propósito. Por ejemplo, en una publicación dirigida a
niños no puedes hacer frases larguísimas o contar con un vocabulario rebuscado.
Hay que saber adaptarse a tu público objetivo, y eso es lo que hacemos con este
servicio.
Por último, vendría el informe literario,
destinado a aquellas personas que han acabado su manuscrito, pero no saben si
todo es coherente, si se ajusta el lenguaje al público objetivo o qué errores
globales tiene. Básicamente sería una vista general del proyecto desde la
perspectiva de un experto que conoce el mundo editorial.
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En
vuestro blog (http://blog.literup.com/)
habéis dedicado varias
entradas a hablar sobre lo que significa profesionalizarse en un sector
profesional tan creativo como es la escritura creativa y que muchos consideran
una simple afición. ¿Qué os llevó a afrontar esta problemática en el blog para
que personas alejadas de dicho mundo profesional puedan entender que hay
detrás?
Como persona que ha hecho un Máster en
Escritura Creativa, y que tuvo que mudarse de Barcelona a Sevilla para eso, sé
que no todo aquel que quiere vivir de la escritura puede dar el salto y
formarse profesionalmente de buenas a primeras. Muchos de nuestros
lectores/usuarios de Literup son personas con un trabajo fijo no
relacionado con la escritura que de pronto se plantean que quieren probar
suerte publicando. Así que el objetivo del blog es tener una primera aproximación
al oficio. Sin embargo, no sustituye una formación ni mucho menos.
Los artículos que hemos escrito en el blog sirven
de apoyo a nuestros lectores. Y algunas de nuestras entradas han sido las
propias sugerencias de los lectores, que nos escribían sus dudas.
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En
esas entradas dais consejos a todo aquel que quiera profesionalizarse como
escritor. ¿Qué otros consejos (y sobre los que aún no hayáis hablado en vuestro
blog) les darías a toda aquella persona aficionada a la escritura que quiera
profesionalizar su afición?
Buf, no sé si me han quedado muchos temas
sin tocar, jajaja. Creo que el principal es establecer una rutina de escritura.
Si un rato a la semana (aunque sería preferible todos los días) lo dedicas a
escribir, siempre a la misma hora, tu mente ya se prepara para ser más creativa
cada vez que te sientes a realizar esa tarea. Funciona muy bien establecer un
ritual: hacerte un té, preparar un lugar especial solo para la escritura y
poner música de ambiente (bandas sonoras, música que te inspire, sonidos
ambientales…). Lo más importante es la constancia. Porque si trabajas por
inspiración, va a ser muy, muy complicado poder dedicarse a la escritura
profesionalmente. Y, sobre todo, formarse, aunque sea leyendo blogs. La técnica
es fundamental porque te permite tener las herramientas de trabajo a mano y
saber utilizar cada una cuando toca y de la mejor manera posible.
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En
los últimos años se habla mucho en redes sociales sobre la planificación de las
rutinas de trabajo e, incluso de nuestro tiempo dedicado al ocio y a la vida
personal. ¿Planificas tu jornada de trabajo? ¿Tienes alguna rutina?
Sí, necesito planificarme para llegar a todo
lo que debo hacer. Eso también me permite recordar mejor las cosas (estoy a
tantas cosas a la vez que es muy fácil que se me olvide que había quedado para
tomar un café). Y la vida personal y el ocio no deben ser menos. Durante mucho
tiempo lo he olvidado y a temporadas he trabajado hasta doce y catorce horas
diarias, pero el cuerpo no aguanta. Ahora tengo claro mi horario (aunque pueda
ser flexible) y una vez acaba mi jornada no contesto ni correos ni tuits.
Porque si no, por mucho que estaba presencialmente con mi familia o amigos, mi
cabeza estaba pensando en las tareas pendientes que debía haber estado haciendo
o en el mensaje que había quedado sin responder. Y ni trabajaba ni descansaba.
Es el riesgo cuando trabajas desde casa.
En cuanto a la rutina, intento despertarme
siempre a la misma hora y mientras desayuno contesto correos. Luego ya me pongo
a corregir o editar, que requieren más procesamiento mental. La pausa para
comer es muy importante. Descanso durante un ratito y veo mientras una serie,
que me permite desconectar. Y después vuelta a la carga.
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Cuando
buscamos historias de emprendedores y/o influencers, lo que solemos
encontrar son historias de éxito y de personas que todo lo hacen perfecto. ¿Por
qué apenas se habla de fracasos y de los errores que todos cometemos en
nuestras trayectorias profesionales? ¿Se aprende más de los éxitos o de los
fracasos?
Nunca verás que inviten a una ponencia a
hablar de personas que solo han tenido fracasos, sin lograr el éxito. No
obstante, creo que es muy importante para tu trayectoria emprendedora aprender
de tus errores. Sin duda, de los fracasos. Nosotros no teníamos experiencia
apenas sobre economía. Nada acerca de previsiones, preparación de informes
trimestrales… Y todos esos errores que cometimos al principio nos han servido
sin duda alguna para aprender y mejorar.
Pero hay que tener en cuenta que un fracaso
puede provocar el cierre de tu empresa, por lo que siempre debes andarte con
pies de plomo.
Al final, no hablar de los fracasos forma
parte de la cultura capitalista de “con esfuerzo y buena actitud se logra
todo”, pero no es cierto. Hemos vivido de primera mano cómo proyectos que,
aunque su idea no fuese innovadora o el mercado estuviese saturado, han
conseguido salir airosos. Porque se trata de gente con una inversión inicial
gracias a su posición social o simplemente porque tienen contactos en empresas
con mucho dinero. Y al final los grandes casos de éxito son esos emprendedores,
que no juegan en la misma liga que nosotros.
Nosotros siempre hemos sido transparentes y
hemos hablado de nuestros errores cuando hemos tenido la posibilidad de formar
parte de alguna mesa redonda sobre emprendimiento. Y es que debes recordar que,
aunque fracases una vez, debes volver a intentarlo. En ocasiones puede ser
mentalmente agotador. Pero lo importantes es analizar qué ha pasado y por qué.
De ese modo podrás actuar en consecuencia y llegar a cumplir tu sueño.
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Meritxell,
muchas gracias por tu tiempo.
Muchísimas gracias a ti, Elena.
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