En los últimos quince
años han sido muchas las novelas que se han adaptado al cine, tendencia que se
ha acentuado con la crisis. Soy partidaria de las adaptaciones pero para
disfrutarlas al menos un poco hay que ser conscientes del límite temporal de
una película y de que el lenguaje cinematográfico es mucho más visual que las
descripciones en las novelas. Es habitual adaptar, además de a los clásicos,
los best-sellers y los llamados fenómenos literarios siendo el primero Harry Potter, después Crepúsculo, luego Los Juegos del Hambre y ahora Cincuenta
sombras de Grey.
Hablando
de best-sellers
y modas literarias citaré Divergente de Veronica Roth (Chicago, 1988), una saga
distópica ambientada en Chicago que surgió tras el éxito de Los Juegos del
Hambre de Suzanne Collins publicada en
los Estados Unidos en 2008. Divergente
llegó a las librerías estadounidenses en otoño de 2010 y a las españolas en
octubre de 2011 siendo publicada por la Editorial Molino, sello editorial dirigido por Javier
Ruescas, quien publicó el 6 de septiembre de 2012 Insurgente, el 6 de febrero de 2014 Leal y el 25 de septiembre de 2014 Cuatro (publicado en los Estados Unidos en julio de
2014), lo que hace que la saga lleve cuatro años en un lugar destacado entre
las novedades de Literatura Juvenil junto a la Saga Lux publicada por Plataforma Neo
y otras más. En la primavera de 2014 Divergente ha llegado a los cines. Hace poco, una noche de viernes acompañada por
unas pizzas, vi la película en casa y me entretuvo pero no lo suficiente como
para animarme a leer las novelas aunque sí para buscar alguna que otra reseña y
buscarlas en las librerías. No hay que saber mucho de distopías para saber cuál
es el esquema de la película y saber de qué va la trama, basta con estar un
poco atento debido a su previsibilidad y sus clichés. La vi como una historia
autoconclusiva y no creo que se pueda estirar tanto como para escribir una saga
de cuatro novelas. (Fuente: http://lavidasecretadeloslibros.blogspot.com.es/2014/04/viernes-de-pelicula-divergente.html).
Algo positivo que
tienen las adaptaciones de las novelas, ya sean cinematográficas o televisivas,
es que si a una persona le ha gustado la correspondiente película o serie de
televisión puede animarla a leerse el libro. A mí me pasó con El Señor de los Anillos de Tolkien, Harry Potter de J. K. Rowling (saga de
siete novelas juveniles publicadas en España por Ediciones Salamandra), Orgullo
y prejuicio de Jane Austen, El diablo viste de Prada de Lauren Weisberger (me llama la atención su secuela pero
me esperaré a que Booket la publique
en bolsillo) y Algo prestado de Emily
Giffin. Sin embargo, también se puede dar el caso contrario, es decir, que una
adaptación no te haya gustado tanto como para animarte a leer la novela como a
mí me ha podido pasar con la saga Crepúsculo
(vi la primera película y hojeé los cuatro libros pero ahí se quedó) y La huésped de Stephenie Meyer o Siempre el mismo día (One Day) de David
Nicholls.
Puede
darse el caso, cada vez más normal, de que una novela surja del guion de una
película o de una serie de televisión como por ejemplo: El
secreto de Puente Viejo, Scusa ma ti chiamo amore de Federico Moccia o La última canción de Nicholas Sparks. Respecto a esta última,
el otro día leí que Nicholas Sparks escribió primero el guion de esta película
producida por los estudios Disney
para que fuese protagonizada por Miley Cyrus, quien eligió el nombre de la
protagonista. Vi la película y me gustó, sobre todo las escenas en la playa,
pero no lo suficiente como para leer la novela. (Fuente: http://www.arte-literario.com/2010/09/cada-oveja-con-su-pareja-vi-una.html).
Hay quien piensa que si
una novela es adaptada al cine o a la televisión, es porque es buena y no tiene
porqué ser así, ya que la mayoría de las que se adaptan pertenecen a lo que
conocemos como literatura comercial. Comento esto porque las adaptaciones
cinematográficas también pueden ser buenas estrategias de marketing. Hay novelas y/o supuestos best-sellers que a las editoriales les interesa explotar para sacar
los mayores beneficios posibles y que se pasen meses, e incluso años, entre las
novedades de las librerías teniendo como ejemplos a Tengo ganas de ti o Perdona si te llamo amor de Federico Moccia, Bajo
la misma estrella de John Green o Divergente
de Veronica Roth. A esta descarada campaña de marketing ya mencionada se añade el cambio del diseño original de
la portada por una más cinematográfica que suele ser una copia y pega de los
carteles de las adaptaciones que a veces mejoran a las que inicialmente habían
elegido las editoriales como los carteles de las adaptaciones españolas de las
dos novelas de Federico Moccia citadas en este párrafo, Algo prestado de Emily Giffin o Si decido quedarme de Gayle Forman.
Había
oído hablar de Si decido quedarme y conocía su sinopsis, la cual me recuerda mucho a la típica de una
novela juvenil escrita para ser lectura obligatoria en el instituto y cuyo
autor podría haber sido Jordi Sierra i Fabra. He leído reseñas donde los
blogueros comentan que es la primera vez que leen una novela donde una joven se
debate entre la vida y la muerte tras un accidente de tráfico cuando desde mi
punto de vista es una trama muy utilizada en la Literatura Juvenil al menos
desde mediados de los 90, de ahí que no me termine de convencer. No sabía que
habían hecho una adaptación cinematográfica hasta que hace unas semanas no
descubrí la novela con su portada cinematográfica entre las novedades de
Literatura Adulta escrita por “Autores extranjeros contemporáneos” de la Casa
del Libro de Sevilla. La película se
estrenó en los Estados Unidos el 22 de agosto de 2014 con el título de If I
stay, en Francia el 3 de septiembre de
2014 bajo el nombre de Si je reste y
en España el 19 de septiembre de 2014 titulada Si decido quedarme. Ya se está preparando la adaptación de su
continuación: Where she went (Lo
que fue de ella) y la portada
cinematográfica de esta última ya se puede encontrar en las respectivas
ediciones británicas. (Fuente: Internet).
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