14 dic 2012

Capítulo 4. "En casa de Harry y Judith" ("Pinceladas al óleo")


" - ¡Hola! - Saludó con una amplia sonrisa cuando entró en salón con las llaves aún en la mano. - Soy Judith, la mujer de Harry, y ellos son Valle, una amiga mía del colegio, y su marido, Draco. - Dijo señalándolos.
- Yo soy Hermione pero me parece que ya nos conocíamos.
Se acercó hasta ellos y les dio un par de besos a cada uno.
- Siento mucho no haber podido ir a vuestra boda. - Se disculpó a Valle y Draco.
- Yo soy Ron y yo, Ginny. - Dijeron respectivamente.
- ¡Hola! - Saludó Harry, que acababa de entrar con un plato de caracoles, a Judith, Valle y Draco. - No sabía que ya habiáis llegado. Sois muy puntuales.
- Voy a ponerme algo más cómodo y a quitarme las lentillas. - Comentó Judith.
- Te han llamado Emma y Pablo. - Le dijo Harry a Judith.
- ¿Por qué no me han llamado al móvil? - Preguntó Judith a lo que respondió Harry con un gesto de duda. - ¿Qué querían?
- Tu hermana qué si le podías dejar el mantón de manila y Pablo cuáles eran los planes que teníamos para esta noche. - Contestó Harry.
- ¿Y qué les has dicho? - Siguió Judith preguntando.
- A Emma que volviese a llamar sobre las diez y a Pablo que nos íbamos a quedar en casa tomando unas cervezas con unos amigos míos que habían venido de Londres. Aún así, me ha dicho que cuando pudieses le llamases. - Informó Harry.
- Si me disculpáis, voy a cambiarme de ropa y ahora vengo. - Dijo Judith mientras se dirigía a su habitación y se iba quitando las horquillas que sujetaban la flor.
- ¿Cuándo os casasteis? - Le preguntó Ginny con curiosidad a Valle y Draco.
- Hace año y medio. - Contestó Valle.
- Pero llevamos juntos unos nueve años. - Añadió Draco y rodeó con un brazo la cintura de Valle.
Hermione nunca se imaginó que esa escritora muggle a la que tanto admiraba se había casado unas semanas antes con uno de sus dos mejores amigos de Hogwarts y que, además, la había conocido unos años atrás cuando visitó Sevilla durante su luna de miel. Por aquel entonces, Judith salía con un estudiante de quinto de Bellas Artes.
Mientras se recogía el pelo con una pinza Judith entró en el salón vestida con unas gafas con la montura roja, unos vaqueros y una camiseta de tirantes. En ese momento sonó el teléfono.
- Diga. - Contestó Valle que lo tenía al lado. - ¡Hola, Pablo! - Saludó mientras se le dibujaba una sonrisa. - Soy Valle. Espera un momento que ahora le digo a Dima que se ponga.
No tuvo que decirle nada a Judith que se acababa de sentar a su lado y que se volvió a levantar cuando Valle le pasó el teléfono. Salió de la habitación y se fue a la cocina.
- Aún me sorprendo de la relación tan buena que siempre ha habido entre Dima y Pablo. - Comentó Valle.
- Yo temo que su amistad otra vez se vuelva a convertir en algo más. - Dijo Harry con pesar.
- Nunca se sabe pero creo conocer bastante bien a los dos y saber que no volverán a estar juntos como años atrás. Además, Dima y Pablo reconocen que están mejor como amigos que como pareja. - Intentó tranquilizar Valle a Harry.
- ¿Pablo era ese chico bohemio que salía con Judith cuando yo estuve en Sevilla? - Preguntó Hermione con interés y Valle asintió.
- Lo dejaron pocos meses después. - Informó Draco.
Se acordó de cuando valle le presentó a Judith una mañana de octubre en la cafetería de la facultad. Era atractiva y le recordaba a Hermione. Era una chica que dejaba huella igual que Valle. Le resultaría difícil elegir entre una de las dos, sin embargo, pronto se percató que también había un chico con ella. Castaño, ojos marrones y novio de Judith desde hacía más de un año.
Tres eran los hombres más importantes en la vida de Judith: su padre, Pablo y su marido. A los dos últimos los conoció de casualidad y nunca llegó a pensar en que si no los tenía a su lado, ya no tendría sentido vivir. A Pablo le unía muchos años de amistad y algunos de relación sentimental. Algunos aspectos del pasado de Harry aún eran un misterio para Judith y sería decisivo para su matrimonio el momento en que saliesen a la luz.
- Escribo desde niña y llego a sentirme vacía si no lo hago en meses pero en lo profesional me dedico a la investigación y dentro de ella a la evolución humana. - Comentó Judith que pelaba unas gambas.
- Aquí sólo pone que eres licenciada en Historia. - Dijo Hermione mientras leía la contraportada del último libro de Judith.
- Me gusta que me lean y se crean lo que escribo pero apenas doy datos de mí misma. - Dijo Judith. - Además, me encuentro inmersa en la investigación sobre la que gira mi tesis doctoral.
- ¿El mundo que reflejas en "Violeta" existe? - Preguntó Hermione con curiosidad.
- Sevilla y Asturias, sí. El mágico habita en mi imaginación. - Contestó Judith.
- Soy licenciada en Literatura española e inglesa por la Universidad de Buenos Aires y tenía pensado que "Violeta" fuese el tema de una futura investigación. - Informó Hermione. - Me gustaría que me pudieses dejar los borradores de la novela y también que trabajásemos juntas en él.
- Es una oportunidad que no puede ser desaprovechada. Dentro de unos días podremos hablar con más tranquilidad acerca del proyecto. - Dijo Judith a quien les gustaba enfrentarse a nuevos retos que la ayudasen a enriquecerse. Le gustaba aprender y también probarse a sí misma.
- ¿Por qué? - Preguntó Harry que parecía no recordar la agenda de su mujer.
- Me extraña que lo preguntes tú. - Contestó Judith con gesto de incredulidad. - No recuerdas que mañana por la tarde me voy a Londres a firmar unos contratos y que antes les voy a enseñar la Catedral y el Alcázar.
- ¿Y la Universidad?
- Se la dejo a Valle y Draco.
- No te preocupes, Harry. - Dijo Valle. - No va a haber ningún problema. Ya está todo organizado.
A Judith le gustaba tenerlo todo bajo control y quien la conocía también sabía que cuando se proponía algo, no cejaba en su empeño hasta conseguirlo.
- Ron, ¿qué te pasa? - Preguntó Harry al ver a su amigo que parecía no estar allí.
- No la he olvidado. - Contestó Ron que miraba a Hermione.
No dijo nada más y tampoco hizo falta.
Aún no entendía el porqué del distanciamiento entre ellos y qué le había pasado a Harry para que no hubiese elegido los días previos a su boda para el reencuentro. Sabía que se llevaría bien con todos, sobre todo, con Hermione y puede que también con Ginny, quien apenas habló durante la velada. Era una Weasley, eso estaba claro, sin embargo, le recordaba a alguien más cercano a ella.
Lupin la había llamado el día anterior para decirle si podían quedar en Londres porque quería hablarle un poco acerca de ese pasado que Harry aún no le había contado. Le prometió que no le diría nada a su marido y que se verían en una cafetería de Trafalgar Square.


Eran las tantas de la madrugada. Todos dormían. Reinaban el silencio y la oscuridad. Andaba de puntillas en dirección a la cocina. Otra persona, envuelta en la sombra, ya se encontraba allí. No podían conciliar el sueño y, hartos de dar vueltas en la cama, se levantaron a beber un poco de agua.
- Lo siento. - Se disculpó cuando se chocó con Ron. - No podía...
- Yo tampoco.
La misma situación que años atrás en otra cocina, la de La Madriguera. Aún eran adolescentes y pronto empezarían séptimo. Un beso robado pero deseado. El comienzo de una relación."

Elena Velarde
Febrero 2006 (corregido en octubre de 2010)

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