Hemos quedado con Anna
Gurguí, una joven agente literaria especializada en Literatura Infantil y
Juvenil, para conversar sobre edición literaria y emprendimiento en una acogedora
cafetería del centro histórico de Barcelona. Nos gustaría agradecerle a Anna
Gurguí que haya sacado un pequeño hueco en su apretada agenda para tomarse un
café y desayunar con nosotros.
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Anna,
¡buenos días! Me gustaría felicitarte por tener una marca personal tan bien
trabajada y atractiva que proyectas a través de las redes sociales. ¿Cómo las
has desarrollado? ¿Consideras que hoy día es importante poseer una buena marca
personal tanto para un profesional autónomo como para una empresa?
Creo que es básico y esencial para poder emprender en estos momentos
en los que estamos viviendo. Las redes
sociales se han convertido en nuestro escaparate tanto a nivel personal como a
nivel profesional, y hay que trabajarlo muy bien para proyectar lo que quieres
mostrar de ti o de tu trabajo para conectar con tus seguidores y con gente que
tiene tus mismos intereses. Ahora, con la situación del Covid lo hemos muy visto muy claro,
sin las redes sociales estás perdido, gracias a las redes sociales hemos podido
seguir conectados con nuestros seguidores, clientes, hemos podido mostrar otra
realidad y no perder visibilidad, todo lo contrario, se ha ganado mucha
visibilidad porque hemos podido seguir conectados y la gente quiere contenido.
Las redes sociales, sin duda, es uno de los pilares fundamentales para trabajar
cualquier marca personal. Te dediques a lo que te dediques.
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Además
de crear una marca personal, has tenido que crearte una identidad corporativa
que sea atractiva, coherente y acorde con la imagen que quieres proyectar hacia
tus potenciales clientes, y eso incluye el diseño de un logotipo, una página
web, el uso de unos colores y/o tonalidades concretos, la creación de una firma
para el correo electrónico profesional, etcétera. ¿Cómo ha sido el proceso de
diseñar tu identidad corporativa? ¿Lo has hecho tú sola o has confiado en el
trabajo de otros profesionales?
Lo he ido creando yo sola, a medida que he ido creciendo, a nivel
profesional y también personal. He ido viendo lo que quería y lo que no quería,
en función de cómo avanzo y evoluciono. Siempre estoy cambiando porque siempre
estoy creciendo y aprendiendo, y esta es la clave.
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No
es fácil emprender ni tampoco convertir una vocación cultural que te define en
un trabajo remunerado con el que pagas impuestos y facturas. ¿Por qué decidiste
a arriesgarte y convertirte en una profesional freelance de la edición literaria? ¿Cómo fueron tus inicios?
La verdad que los inicios para emprender en ningún sector son fáciles,
suena a tópico, pero es así. Quien se crea que empezar un negocio lo va a tener
fácil al mes, está muy equivocado. Yo, al menos, los resultados no los vi hasta
el año de empezar la agencia. Hay gente que empieza un negocio y se piensa que
todo va a ser un camino de rosas, y lo dejan al año porque no hay resultados.
Hay que tener constancia, y sí, yo al menos, lloré mucho porque había días que
la cosa no funcionaba. Y sigo teniendo miedos. Muchos. Pero se aprende a
convivir con ellos para avanzar. Mis inicios en el emprendimiento como freelance, fueron en Bookish,
soy la cofundadora. Ya no estoy en el equipo, porque decidí emprender sola con
la agencia. Cuando emprendes con socios o con otros fundadores, tienes que
confiar a ciegas y te tienen que respetar, y no fue el caso, me dolió mucho
porque fue un proyecto muy bonito, pero te tienes que casar con buenos socios
que tengan tus mismos valores, y que amen los libros por encima del dinero, y
no fue el caso. Pasé unos meses indecisa, si emprender yo sola o buscar trabajo
en el sector. Y me lancé con la agencia. Empecé con dos clientes (dos
editoriales extranjeras que representaba) y ahora represento a más de 40 editoriales
extranjeras. Por eso te digo, que no fue fácil porque hay muchas angustias,
muchos miedos, hay que pagar muchas facturas, una cuota de autónomos que nos
ahoga, pero de momento aquí estoy.
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Hay
muchas profesiones dentro del sector literario y muchas de ellas son bastantes
desconocidas: editor, corrector de textos o traductor por citar algunas de las
más características. ¿Qué diferencias hay entre un editor y un agente
literario? ¿Cómo te definirías como profesional freelance de la edición
literaria y cuál es el trabajo que realizas como agente literaria?
Creo que el agente literario sigue siendo una profesión muy
desconocida para la gente. El agente literario es el intermediario entre un
autor que quiere publicar un libro y el editor. Tú estás en medio. El agente
literario ya sea un manuscrito de un autor o un libro publicado en una
editorial extranjera, si el agente cree en ese libro, tiene que saber a qué
editorial le puede encajar mejor ese libro y conseguir que el editor se enamore
de él, y apueste por publicarlo. Yo en este caso, como agente literaria, tengo
una serie de clientes, que son editoriales extranjeras, estas editoriales
publican sus libros en su país, y ellos me ceden los derechos para que yo
consiga que editores españoles, de América Latina, Brasil y Portugal los
publiquen. Ahora, también con otras editoriales extranjeras he abierto mercado
y también tengo los derechos para venderlos en otros países, como Italia,
Francia, Alemania…
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Has
abierto la recepción de manuscritos para representar también a autores de
Literatura Infantil y Juvenil. ¿Qué buscas en un manuscrito y en la trayectoria
literaria de un autor para decidir ser su agente?
Sí, he tardado porque quería ver cómo me iba con la representación
editorial, y ahora que veo que va bien y como estoy sola no quería hacer muchas
cosas y hacerlo mal. He decidido representar algunos autores, sobre todo de
literatura juvenil e infantil, pero si me llega un manuscrito de ficción o no
ficción adulta, también estoy abierta. Lo importante es que lo que me llegue, y
lo que lea, me llegue al corazón, suena muy cursi, pero en mi caso, si no me
provoca o me emociona algo no lo puedo trabajar. Tengo que sentir las cosas
para lucharlas. Y no me importa la trayectoria de un autor, lo que me importa,
es que lo que me ofrece, me lo crea para poderlo vender a una editorial.
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En
la Literatura Juvenil predominan los autores españoles y anglosajones, sobre
todo, los que llegan de Estados Unidos. Apenas hay autores de otras
nacionalidades que muestren otras perspectivas que podrían enriquecer al lector
español. ¿Hay alguna razón por la que a España no lleguen más autores europeos?
Creo que esto no es así. Sí que han triunfado sagas muy famosas, sobre
todo de Estados Unidos, pero si se analiza bien el mercado a nivel infantil y
juvenil nacional hay grandes autores y libros que funcionan de maravilla. Lo
que pasa, es que creo que el público de América Latina y de EEUU a diferencia
de España es muy diferente y hay un fenómeno fan que aquí no hay. Pero tanto a
nivel nacional como a nivel europeo tenemos joyas que brillan por sí solas. Lo
que pasa es que venimos de unos años que se han publicado libros que han sido
unos bombazos y que todos venían de Estados Unidos.
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Cuéntanos
un poco como ha sido, está siendo y/o te gustaría que fuese tu trayectoria como
joven freelance y emprendedora. ¿Cómo has evolucionado como profesional
de la edición literaria?
Después de lo que ha pasado con el Covid, y que seguirán habiendo rebrotes, me he dado
cuenta que no puedo obsesionarme tanto con el futuro y a donde quiero llegar.
Porque al final he entendido que como profesional hay que analizar el presente
y adaptarte a él, ya que te puede venir una crisis como la que ha venido y
arrebatártelo todo. Por eso creo que hay que analizar muy bien lo que ha pasado
para ver hacia donde el sector tiene que ir para avanzar. Y mi trayectoria como
emprendedora, quiero seguir creciendo, pero con cabeza, y quiero seguir
haciendo lo que más me gusta que es trabajar con libros y con gente que le
apasionan los libros. Y si un día la agencia deja de funcionar, pues seré
consciente y bajaré la persiana, pero lo que nunca dejaré de hacer es trabajar
con los libros.
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En
los últimos años se habla mucho en redes sociales sobre la planificación de las
rutinas de trabajo e, incluso de nuestro tiempo dedicado al ocio y a la vida
personal. ¿Planificas tu jornada de trabajo? ¿Tienes alguna rutina?
Antes
de ser madre, tenía la rutina muy marcada. Podía estar tranquilamente en mi
despacho 12 horas seguidas o más. Esta era mi rutina. Al ser madre, todo
cambia, y sí, que tuve que marcarme una rutina más planificada en función de los
horarios de él. Y ahora con el Covid, sí que ha sido un desmadre, mi marido y yo trabajamos como freelance,
y el confinamiento ha sido muy duro, porque para poder trabajar los dos, nos
teníamos que combinar las horas para trabajar y estar con el bebé, ya que no
iba a la guardería. Pero bueno, hemos aprendido a gestionar muy bien el tiempo
y a priorizar otras cosas. Y, sobre todo, adaptarnos a una situación que no
podíamos cambiar y que esta situación nos ha cambiado a todos. Y hay que
aprender de esto, para que cuando vuelva a pasar hacer mejor las cosas, el
teletrabajo, la conciliación…
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Cuando
buscamos historias de emprendedores y/o influencers, lo que solemos
encontrar son historias de éxito y de personas que todo lo hacen perfecto. ¿Por qué
apenas se habla de fracasos y de los errores que todos cometemos en nuestras
trayectorias profesionales? ¿Se aprende más de los éxitos o de los fracasos?
Porque en España parece que el fracaso es de perdedores, y que cuando
fracasas ya no tienes más camino que recorrer. Desde pequeños, en las escuelas
nos enseñan que si fracasas o eres un fracasado en algo, ya no vas a llegar a
nada. Y creo que en Estados Unidos, esto lo hacen muy bien, se mide el éxito de
alguien por el número de fracasos que ha tenido. Fracasar te ayuda a crecer. Yo
fracasé en mi primer proyecto como emprendedora, no por el negocio, elegí mal a
los compañeros de aventura, fue un fracaso, pero me hizo aprender muchas cosas,
y este fracaso me hizo ver como quería que, a partir de ahora, se hicieran las
cosas. Cuesta mucho confiar en alguien y que esté en tu misma sintonía y que
tenga tus mismos valores y objetivos, por esta razón decidí emprender sola y
confiar en mí y en mi instinto. Y tal vez volveré a fracasar, y si es así,
aunque me cueste me volveré a levantar para construir algo. Es importante llevar
una mochila con todos tus fracasos dentro de ella porque hace que te muevas
mejor y que cada vez sepas mejor hacia dónde quieres y hacia donde no quieres
ir.
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Anna,
muchas gracias por tu tiempo.
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