Hoy, martes 30 de
septiembre, es el Día Internacional de la Traducción y por esta razón hoy me
gustaría rendir un pequeño homenaje a los grandes olvidados del mundo
editorial: los traductores. En la mayoría de las reseñas que uno se encuentra
en la blogosfera de novelas extranjeras y cuyo idioma original no es el español
apenas se menciona el nombre del traductor y menos aún el importante trabajo
que lleva a cabo en la sombra (y que sí está reconocido en la Ley de Propiedad Intelectual, a pesar de
que se olvida comentar lo que sería un contrato de traducción).
A principios de año me
encontré una entrevista que le hicieron un par de blogueras a Natalia, joven
traductora que administra el blog Arte literario aunque
ella, según sus palabras, se considera sólo una licenciada en Traducción e
Interpretación con un Máster en Traducción para el Mundo Editorial. En dicha
entrevista Natalia comentó que no es fácil valorar una traducción si no puedes
tener a mano el original aunque reconoce que ella se suele fijar en los
aspectos ortotipográfico y de estilo, en si no se han caído en los errores de
siempre a la hora de traducir una novela, en si hay construcciones extrañas…
También dijo que un buen traductor siempre intenta respetar el estilo del
escritor y que el lector no sé dé cuenta de que está leyendo una traducción.
Por lo que he podido leer en la entrevista y los comentarios que hay en ella un
traductor para solicitar trabajo en una editorial envía propuestas de
traducción además de su currículum y
una carta de presentación. (Fuente: http://www.perdidasentrepaginas.com/2013/04/dilemas-universales-15-sobre-la.html).
El 29 de octubre de
2013 se le otorgó a Carmen Montes Cano (Cádiz, 1963) el Premio Nacional a la Mejor Traducción, que es un premio otorgado
anualmente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con una dotación
de 20000 euros. Se trata de una destacada traductora de literatura sueca para Anagrama, Tusquets, Nórdica libros o
Maeva Ediciones, entre otros,
habiendo traducido las novelas policíacas de Henning Mankell y Camilla
Läckberg. Estudió un Máster en Lengua y Cultura Suecas en la Universidad de Estocolmo
donde también estudió literatura sueca y traducción inversa español – sueco.
Fue en 2001 cuando se inició en la traducción literaria y empezó a enfrentarse
a las dificultades lingüísticas que presenta el sueco.
Buscando información en
la blogosfera con la idea de
documentarme de una manera algo más profunda sobre la traducción literaria, me
he encontrado con detalles bastante interesantes. Uno de ellos es que a veces
se compran los derechos de autores extranjeros antes de que publiquen en su
país de origen desconociendo así la acogida que pueda tener allí. Éste puede
ser el caso de la segunda novela de Christine Kabus: Hijas de la Luz del Norte que se
publicó en Alemania en febrero de 2014 y en España en junio del mismo año o el
de la novena novela de Camilla Läckberg que saldrá a la venta en Suecia el 17
de noviembre de 2014 y que la editorial neerlandesa que tiene sus derechos
cedidos para los Países Bajos tiene prevista publicarla en enero de 2015
mientras Maeva Ediciones me confirmó
ayer (lunes 29 de septiembre de 2014) que ellos la publicarán en abril o mayo de
2015.
Una
cuestión bastante controvertida es la traducción de los títulos de las novelas,
cuya decisión suele ser del editor en la mayoría de los casos. Voy a poner como
ejemplo la traducción a tres idiomas distintos de una novela extranjera que
conozco bastante bien. Se trata de la saga policíaca de Los crímenes de Fjällbacka de Camilla Läckberg. En Italia los
editores de Marsilio Editori hacen una traducción literal del título sueco que no las hacen muy
atractivas, al menos para mí. Sin embargo, en España las dos editoriales que la
publican en español (Maeva Ediciones) y catalán (Amsterdam Llibres) buscan un título parecido, cercano a la
trama de la correspondiente novela y que la hace ganar en matices siendo el
título catalán una traducción literal del que se le pone en español. La
fotografía es de la octava novela de Camilla Läckberg: La mirada de los ángeles hecha en la FNAC de Sevilla el mismo día de su publicación: 25 de abril de 2014 (la
edición de bolsillo llegará a las librerías españolas en abril de 2015). Más
información acerca de la novela en: http://pinceladasdeliteratura.blogspot.com.es/2014/09/la-mirada-de-los-angeles-camilla.html. (Fuente: Elaboración propia).
He encontrado una entrada de hace ya un tiempo en el blog Un hacedor en el desierto donde una
traductora freelance recomienda a los
que se quieran dedicar a la traducción literaria que apuesten por idiomas poco
estudiados como el japonés, el sueco o el danés (http://unhacedoreneldesierto.blogspot.com.es/2010/11/entrevista-cristina-de-la-cerda.html).
En otra interesante entrevista en el mismo blog hecha a Noemí Risco, una
conocida traductora catalana de Literatura fantástica juvenil, ella nos cuenta
que una traducción, al igual que un manuscrito, pasa en la editorial por varias
correcciones, además de las que antes haya hecho el propio traductor: ella
traduce durante la primera lectura del original, después hace una lectura
comparando el original y su traducción y una tercera para revisar su texto en
español, y todo esto lo hace en su casa casi sin pisar la editorial y con un
horario flexible pero con unos plazos que cumplir según contrato (http://unhacedoreneldesierto.blogspot.com.es/2010/05/entrevista-noemi-risco.html).
Aprovechando que hoy es
el Día Internacional de la Traducción había pensado comprarme una novela
juvenil escrita por un autor extranjero no hispanohablante. Mi primera idea era
Rarita y adorable de Sarra Manning,
publicada por Maeva Young, pero he leído
alguna que otra reseña donde dicen que la protagonista no termina de caer bien,
que es la típica historia adolescente americana y que tiene muchos fallos de
traducción, así que la voy a dejar pasar porque, a pesar de la crisis económica
de los últimos años, se sigue publicando mucho y hay que seleccionar muy bien
que luego llegan las decepciones. La segunda idea era Si decido quedarme de Gayle
Forman que vuelven a estar entre las novedades de las librerías porque la han
adaptado al cine y que Ediciones Salamandra ha vuelto a editar
cambiando el diseño de la cubierta por el cartel de la película pero la
sinopsis no me llama la atención. Sin embargo, la de su continuación: Lo que fue de ella, cuya trama se desarrolla tres años después, si me ha parecido
lo suficientemente atractiva como para haberme decidido a comprarla y más aún
sabiendo que la historia está contada desde el punto de vista de él porque
empiezo a estar cansada de tanta perspectiva femenina y de novelas juveniles
protagonizadas por adolescentes de 16 – 17 años.
¡Hola Elena!
ResponderEliminarEl trabajo de los traductores es un trabajo muy "en la sombra", bastante más complejo de lo que parece y muy poco valorado.
Yo misma sólo lo valoro cuando es negativo, pero nunca pienso "dios, que buena es esta traducción" normalmente, si está bien narrado, piensas que es gracias a la narración original y en cuanto encuentras algún fallo, la culpa ya es del traductor.
A mí me pasó algo con "Bajo la misma estrella", una amiga me prestó su ebook para leerlo y no podía con el libro. No tardé en saber (en la segunda página o antes) que no era una traducción oficial, sino que era una traducción fan de esas que circulan por la red. Le devolví el ebook a mi amiga y lo dejé sin leer.
Hasta que no tuve el libro físico en mis manos con su genialísima traducción salida de la editorial no pude disfrutar de la historia. Y eso que la historia es la misma. Pero es que la forma de narrar puede determinar que sigas o no con una lectura. O transformar un libro muy entretenido en algo muy aburrido.
En fin, un trabajo muy poco valorado.
A ver que tal tus nuevas lecturas. Normal que te canses de la perspectiva adolescente femenina, yo es que suelo rotar géneros porque si no acabo medio loca jeje.
Un saludo Elena :)
@Raquel Muy interesante tu caso con las traducciones de "Bajo la misma estrella" de John Green. Yo también suelo alternar géneros y no sólo estoy un pelín de tanta perspectiva femenina en la Literatura Juvenil, sino también en la llamada "Literatura Adulta". Un saludo, Elena Velarde.
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