El testamento de Santa Teresa es
una novela que ha escrito el filólogo y guía turístico Antonio Puente Mayor
(Sevilla, 1978) y que se encuentra a medio camino entre la novela policíaca y
la novela histórica. Lo ha publicado la editorial sevillana Algaida Editores el 2 de abril de 2015,
que fue Jueves Santo y que en Sevilla es festivo y uno de los días más
importantes dentro del calendario social de la capital hispalense (de ahí mi
extrañeza y la del autor cuando se conoció la fecha de publicación). Tiene 400
páginas y 41 capítulos más una
introducción de ocho páginas, un epílogo de otras ocho y un apéndice de 19
páginas. Se trata de una edición denominada rústica con solapas y cuesta 18
euros.
La
trama de El testamento de Santa Teresa es
interesante y original al entremezclar tres épocas distintas. 2015 es el año
del V Centenario del nacimiento de Santa
Teresa y Antonio Puente Mayor ha escrito una novela sobre este personaje
histórico que se diferencia bastante a las otras novelas sobre ella que nos
podemos encontrar en las librerías. El autor ha investigado de una manera
exhaustiva durante algo más de tres años y el resultado es una novela con un
enfoque distinto y atractivo. La novela posee un ritmo ágil que en ningún
momento se hace pesado y/o aburrido.
Santa
Teresa de Jesús es un personaje histórico que nunca me ha atraído mucho y la
época en la que vivió forma parte de dos de las asignaturas que menos me
gustaron de la carrera: Historia Moderna
de Europa e Historia Moderna de
España (tanto es así que irme a la cafetería a tomarme el café de media
mañana era mejor plan que ir a clase y coger apuntes). La Guerra Civil española
(1936 – 1939) tampoco es uno de mis hechos históricos favoritos. Todo esto lo
cuento para que se entienda que al principio estuve bastante reacia en leer la
novela. Sin embargo, me sorprendió la escasez de capítulos que se centran en el
siglo XVI y en la Guerra Civil, y el estilo del autor que hace dichas épocas
algo más amenas, sobre todo, para una historiadora a las que nunca le ha
gustado mucho dichas épocas.
Antonio
Puente Mayor sabe alternar muy bien el presente con el pasado y saltar de la
actualidad al siglo XVI o a los años de la Guerra Civil. Un detalle que me ha
encantado es como el autor ha afrontado el apéndice. Se trata de un anexo muy
personal, contado desde su propia experiencia y que lo distingue de la mayoría
de los apéndices que te puedes encontrar en novelas históricas y que más bien
parecen artículos de revistas especializadas y que suelen ser aburridos hasta
para mí.
Los
personajes de El testamento de Santa
Teresa están muy bien construidos y son creíbles. Con el que más me he
identificado es con el de Carla, la protagonista, por ser tan curiosa y por su
incapacidad a orientarse, incluso en su propia ciudad, creando situaciones
bastante divertidas y algo embarazosas con las personas que la rodean. Este
personaje le ha permitido al autor trasladar a la novela parte de su
experiencia de sus años de doctorado y he disfrutado mucho leyendo esa parte
árida de una investigación predoctoral y su metodología.
Reconozco
que me ha sorprendido mucho y para bien el estilo de Antonio Puente Mayor. La
edición de la novela está muy cuidada y ha sido corregida varias veces. Apenas
se encuentran erratas a lo largo de sus páginas, salvo dos o tres como puede
ser la de gelatto (es gelato) en la página 227.
Entre
las referencias socioculturales que salpican las páginas de El testamento de Santa Teresa nos
encontramos con la Universidad Carlos III, Lufthansa,
San Juan de la Cruz, Alfonso XIII, Roosevelt, Nino Rota, Caravaggio, Bernini, La dolce vita de Federico Fellini, Romeo y Julieta, la chocolatería Valor, el iPod, Celia Cruz, la Celestina, Audrey Hepburn, Vacaciones en Roma, Kiss FM,
Minnie Mouse, Nintendo 3DS, Yves-Rocher,
Drácula, Marvel, Zara, la banda
terrorista ETA, Ágatha Ruiz de la
Prada, la levadura Royal, Coca-Cola, Cervantes, Katy Perry, la
CNT, Imperio Argentina, YouTube,
Michael Jackson, Marilyn Monroe, Messi, Cristiano Ronaldo, Iniesta, Shakira, Dowton Abbey, el Códice Calixtino, el Lazarillo,
La vida es sueño, Van Gogh, Picasso,
Plotino, Santa Catalina de Siena, Jorge Luis Borges, Juan Ramón Jiménez,
Octavio Paz, María Zambrano, el McDonald’s
o San Felipe Neri.
La
novela se desarrolla en muchos lugares y se viaja bastante a lo largo de sus
páginas, de ahí que la podamos considerar como una road-trip. La introducción se desarrolla en una iglesia de Chicago
en el verano de 2005. Los capítulos que centran su acción en la actualidad se
desarrollan en Valladolid, Madrid, Salamanca, Roma, Alba de Tormes, Sevilla (el
capítulo ambientado en mi ciudad natal me ha gustado especialmente y me ha
hecho gracia en determinados momentos, ya que yo soy una de esos sevillanos no
cofrades que existen en la capital hispalense y reconozco mi analfabetismo en
cuestiones relativas a la Semana Santa – cuando leáis la novela entenderéis a
que me refiero), Ávila, Murcia, Baeza y Ronda entre los meses de diciembre de
2010 y abril de 2015. Los capítulos centrados en la vida de Teresa de Jesús se
desarrollan en Medina del Campo, Salamanca y Alba de Tormes entre 1582 y 1583.
Los capítulos centrados en la Guerra Civil española se desarrollan en Ávila,
Ronda y Málaga entre 1936 y 1937 más uno que se desarrolla en Madrid en 1973.
También se citan localidades como Hondarribia, Lisboa, Santiago de Compostela, Biarritz,
Toledo, El Ferrol, Irún, Lorca, Logroño, Zaragoza, Ponferrada, Segovia, Úbeda, San
Sebastián, Bilbao, La Carolina, Bogotá, Bruselas, París, Nápoles, Génova, Alcalá
de Henares, Benicarló, Valencia, Grazalema, Antequera, Algeciras, Vélez-Málaga,
Cádiz, Mérida, Astorga, Vitoria, Pamplona, Viana, Tours, Motril, Almería, La
Coruña, Barcelona o Guadix.
9,35/10
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