El cambio de año
me ha hecho reflexionara sobre mis últimos años lectores. He descubierto el por
qué desde 2017 más o menos apenas he leído y lo he hecho casi sin ganas. La
explicación está en que me he centrado demasiado en ciertas autoras españolas
de Literatura Juvenil y Romántica.
Alice Kellen es una de las jóvenes autoras
españolas con más fama entre las lectoras hispanohablantes de Literatura
Romántica. Escribe bien y fue pionera en el New Adult español. He leído y reseñado
varias novelas suyas, pero reconozco que quizá la haya sobrevalorado. Es desde
2015 más o menos la autora que está sentando muchas de las bases de cómo se
deben escribir y publicitar las novelas románticas más comerciales. Podríamos
considerar que ha creado un estilo industrial que están copiando muchas
autoras. (Fuente: Elaboración propia).
Ya en 2019
publiqué ciertas entradas autocríticas sobre mi trayectoria bloguera y lectora
de los últimos 5 años, y visiones críticas sobre el panorama del New Adult en España. Intento que mis críticas
sean constructivas y que estén escritas desde el respeto. Tanto las citadas
entradas como los descubrimientos que me llevaron a escribir algunas de ellas y
mi primera lectura de este 2020 (Una noche de
luz de Alberto Sánchez Navarro, publicado por Ediciones Labnar), me han ayudado a
entender mejor las causas de mi crisis lectora. Debido a los tableros de imágenes que suelen
usar las escritoras con más fama en redes sociales y su círculo cercano de
blogueras, booktubers y bookstragrammers que le hacen el trabajo
de promoción de sus novelas, me estaban condicionando como lectora y estaba
perdiendo el placer por leer.
Sentía agotamiento
de leer siempre la misma estructura de unas historias románticas que sólo
cuentan los inicios de ésta y que sientan sus bases en una fuerte atracción
física y deseo sexual. Son tramas industriales que apenas innovan y cuyas
escenas eróticas están cortadas casi por el mismo patrón y con una óptica y un
lenguaje bastante masculinizado. La mayoría son parejas heterosexuales y sus físicos
son un fiel reflejo de lo que la industria de la moda y la belleza considera
que han de ser la perfección. Hay cierta sexualización de los cuerpos de ellas y
ellas, y en sus páginas se sigue potenciando que juventud y delgadez son los
únicos requisitos para ser atractivos, encontrar una pareja o tener éxito
profesional.
Las autoras de estas dos novelas apenas
tienen 30 años y se alejan mucho de la literatura más comercial de la que os he
hablado más arriba. Las descubrí de casualidad gracias a un tuit de Editabundo, la agencia literaria
que representa a ambas. Leí sus primeras páginas, me sorprendió su estilo y
decidí darles una oportunidad. La de Alejandra Parejo la estoy terminando de
leer, me gusta lo bien que alterna el pasado y el presente y la elección del tiempo
verbal que ha decidido para cada uno de ellos, y agradezco mucho que sus descripciones
sólo den pinceladas de los personajes y de las escenas. La de Diana de Paz la
estoy leyendo en diagonal antes de leer desde la primera hasta la última
palabra y me gusta su manera de narrar el amor que lo hace más cotidiano y
realista de lo que uno se suele encontrar en
las novelas románticas. Destaco de ambas autoras que cuestionen de verdad ideas
preconcebidas y no lo hagan para quedar bien sin apenas documentarse, y que a
la hora de publicitarlas no usen tableros de imágenes. Necesitaba descubrirlas para
recuperar el placer de leer y usar la imaginación sin estar condicionada de antemano.
(Fuente: Elaboración propia).
Estas primeras lecturas
de 2020 me han ayudado a tomar la decisión de no leer al menos durante algunos
meses a determinados autores de Literatura Juvenil y Romántica ni de leer autopublicados. Estos primeros
meses me centraré en descubrir novelas de autores a los que no haya leído antes
(como los citados en esta novela, David Bowman o Alba Ballesta) y editoriales
independientes a las que hace tiempo quería descubrir (Editorial Dieci16, Nórdica Libros o Impedimenta), y volver a leer clásicos. También he pensado
en cambiar y mejorar la redacción de mis reseñas, como por ejemplo apenas
mencionar las referencias culturales y los lugares que se citan en la correspondiente
novela.
¡Hola! Muchas veces es mejor alejarse para luego volver con ganas, espero que poco a poco vayas saliendo del bloqueo. Yo la verdad es que suelo leer mis libros favoritos cuando veo que no avanzo o estoy incomoda con una lectura.
ResponderEliminarUn beso