(Leído
en agosto de 2013)
(Fuente:
Elaboración propia)
Hoy
publico la reseña de una novela romántica adulta pero que también es histórica
y una metanovela. Mar de invierno la
ha publicado la editorial DeBols!llo
en marzo de 2010. La ha escrito
Susanna Kearsley (Canadá, 1966) y la ha traducido Francisco Javier Calzada.
La
trama se divide en dos partes bien diferenciadas e intercaladas entre sí: una
que transcurre en la actualidad y otra a principios del siglo XIX. Los
capítulos del presente van introducidos por números árabes mientras que los del
pasado lo hacen con números romanos. El libro tiene 489 páginas, de las que las
cinco finales son un apéndice titulado Sobre
los personajes donde la autora nos habla un poco sobre los personajes
históricos que ha utilizado y nos da unas pinceladas sobre cómo se ha
documentado para escribir Mar de Invierno,
detalle que yo como historiadora he valorado bastante y he agradecido mucho su
exhaustividad y fidelidad a los hechos que sucedieron realmente. También es una
forma muy amena de descubrir episodios bastante desconocidos de la historia de
Escocia sucedidos a finales del siglo XVII y principios del XVIII, lo que es
muy meritorio.
Ambas
tramas narran historias de amor cumpliendo la del pasado los requisitos que
debería cumplir una novela romántica tradicional. Me han gustado ambas. La de
principios del siglo XVIII es respetuosa y más o menos fiel al lenguaje de la
época y a los hechos históricos aunque al haber algo de ficción la autora se ha
permitido ciertas libertades. Me molesta un poco que en las ficciones
históricas intenten trasladar el siglo XXI a la época en la que se ambienta la
acción, sólo por hacerlas más cercanas al lector de hoy día poco habituado a
los clásicos y a los libros de Historia.
La
novela se desarrolla principalmente en un castillo en lo alto de un acantilado
y en el actual pueblo que surgió a raíz de dicha fortaleza en la costa oeste de
Escocia. Se mencionan otras localizaciones como la costa de Canadá, Francia, Edimburgo,
Irlanda del Norte, Italia, Flandes e Inglaterra.
Es
una metanovela porque la historia del presente está protagonizada por una
escritora canadiense de 31 años que se traslada a vivir unos meses a un pueblo
de la costa oeste de Escocia para escribir su próxima novela y va narrando como
se documenta a medida que nos cuenta como la escribe. Allí conoce a Graham
Keith, profesor de Historia en la Universidad de Aberdeen (Escocia), que la
ayudará con la investigación.
En
la historia del presente hay un personaje que forma parte del mundo editorial y
que es de los agentes literarios, que son aquellas personas que representan un
escritor, son expertos en el mercado literario y saben lo que triunfa y lo que
no. Trabajan por comisión. Aquí es una mujer que se llama Jane y forma parte de
una importante agencia literaria con sede en Londres y una sucursal en
Edimburgo. Su papel es negociar con los editores los contratos de su cliente,
que es nuestra protagonista; encargarse de que ésta cumpla los plazos que han
marcado para entregar el primer borrador y revisar el manuscrito antes de que
llegue a la editorial para hacer cambios, sugerir…
Contrato
de edición entre una editorial de un país anglosajón (Canadá, Estados Unidos,
Inglaterra o Australia, por citar sólo algunos ejemplos) y el autor de una obra
de ficción. Según el Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12
de abril, por el que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Propiedad
Intelectual el contrato debe formalizarse
por escrito y debe contener, entre otras cosas, el ámbito territorial, el
número máximo y mínimo de ejemplares de cada una de las ediciones que se
determinen (también la cantidad que se reservará al propio autor, la crítica y
a la promoción de la obra), cómo se distribuirán, la remuneración del escritor
o traductor, el plazo que tendrá el autor para entregar el original al editor,
en que lenguas se publicará el libro y el tipo de edición. (Fuente: Internet).
Valoración “Mar de
invierno” (Susanna Kearsley):
8/10
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