A
muchos nos gusta leer una novela tirados en el sofá o sentados en una de sus
esquinas y acurrucados con una manta en los meses de invierno. Nos gusta
disfrutar de su comodidad para desconectar del mundo real y entrar en esa
realidad paralela que nos suele ofrecer la ficción. Hay quien en esos momentos
se encuentra solo en el salón o la salita y quien lo hace rodeado por otros
miembros de la familia que pueden tener también un libro entre sus manos. A mí
me suele gustar leer en pijama tirada en el sofá de la salita cuando después de
cenar mis padres aprovechan para relajarse viendo en la tele alguna serie
policíaca, a veces en compañía de la novela de turno. Las pocas veces que lo he
hecho en alguno de los sofás del salón ha sido durante la sobremesa de alguna
comida familiar entre parientes durmiendo, hojeando alguna revista o periódico,
o simplemente charlando con una copa de champán o una taza de café. (Fuente:
Internet).
Hace
tiempo que no piso una piscina pero reconozco que hay personas a las que les
gusta leer sentados en el borde de una piscina con los pies dentro de la
piscina o disfrutar de una novela tirado en el césped tomando el sol o bajo un
árbol. A mí me gusta mucho leer en la playa, ya sea sentada en una silla o
tumbada en la toalla mientras tomo el sol, y a veces bajo la sombrilla para
evitar quemarme. (Fuente: Internet).
Las
pocas veces que he leído una novela en la biblioteca ha sido sentada en la
silla como si estuviese estudiando. Me gusta esta imagen que muestra a una
joven sentada en el suelo con las piernas estiradas y apoyada en una estantería
llena de libros mientras disfruta de una novela un día de verano. (Fuente:
Internet).
Hay
quien aprovecha los descansos del trabajo o de estudio para ir a la cafetería y
tomarse un café mientras lee la novela que lleva guardada en el bolso o
simplemente va a desconectar un rato fuera de la jornada laboral. Reconozco que
de un tiempo a esta parte me estoy aficionando a ir sola a la cafetería a por
un café y leer un rato. Las novelas más cómodas y que menos pesan para llevar
en un bolso ya bastante lleno de cosas suelen ser las de bolsillo. (Fuente:
Internet).
Hay
personas cuyas vacaciones de verano las pasa durmiendo en una tienda de campaña
normalmente en un cámping y que aprovecha su interior para desconectar un rato
con la lectura de una novela. (Fuente: Internet).
Otro
sitio donde a muchos nos encanta leer es en la cama a última hora del día con
el peligro de quedarnos dormidos durante su lectura debido al cansancio
acumulado de la jornada. Yo más allá de las 3 o 4 de la mañana soy incapaz de
quedarme despierta leyendo por muy enganchada que esté al libro que tenga entre
manos en ese momento. Este último detalle tampoco impide el que se me cierren
los ojos si ese día estoy reventada. Ésta es una escena de uno de los capítulos
de la serie de televisión sueca Fjällbackamurders (Los crímenes de Fjällbacka) basada en las novelas de Camilla Läckberg
y que se estrenó en Suecia durante las pasadas Navidades. Los de la foto son el
policía Patrik Hedström y la escritora
de biografías y novela policíaca Erica Falck. (Fuente: Internet)
a mi me gusta leer en la cama, en la playa pero donde más me gusta, es recostada en una hamaca con un bello paisaje al fondo ¡es comodísimo!
ResponderEliminar¡saludos!
Ale.
¡Ale, bienvenida al blog! Da mucha alegría ver gente nueva por estos lares. A mí me gusta mucho leer en el sofá, en la cama, en el tren, en la playa... No me llevo muy bien con las hamacas, las veo inestables (espero que estemos pensando en el mismo tipo de hamacas).
ResponderEliminarBesos,
Elena Velarde.