Hoy, 2 de abril, se
celebra el Día del Libro Infantil y Juvenil. Sí, ya lo sé, que tengo 27 años y
que hace tiempo que dejé atrás la adolescencia y algo menos la época universitaria aunque sigo vinculada de alguna manera a la Universidad. Sin
embargo, de vez en cuando me apetece hacer un hueco a la Literatura Juvenil
entre mis lecturas de clásicos del XIX, novela negra o histórica.
Como ya advertí en las
entradas de Marketing literario 2.0 y Trabajo editorial esta
entrada la escribo por y para mí, de ahí que me permita ciertas licencias que
puedan gustar o no. Valoro, admiro y respeto mucho a los adultos que trabajan
con, por y/o para los niños y adolescentes: maestros, profesores, monitores, bibliotecarios,
editores, ilustradores, escritores, traductores, jugueteros, etcétera.
Tengo la sensación de
que la mayoría de las personas cuando crecen olvidan que ellos también fueron
niños y adolescentes. También se da esa especie de amnesia con el primer año de la Universidad cuando llegas a 3º o 4º
y que se hace muy evidente cuando te licencias (o te gradúas, por aquellos que
me lean que pertenezcan al Plan Bolonia)
y te adentras en el mundo adulto. Creo que así se podría explicar parte de la
minusvaloración y cierto desprecio que sienten los adultos hacia las
Literaturas Infantil y Juvenil. Es curioso porque, según mi experiencia
lectora, en la Juvenil los autores y editores parecen que se arriesgan más y se
atreven a ser mucho más actuales que en la propia Literatura Adulta.
Hace un par de meses
las administradoras del blog Juvenil
Romántica publicaron un breve estudio sobre lo que se conoce como New Adult y su repercusión en nuestro
país. Los protagonistas de estas novelas tienen entre 17 y 25 años y se
encuentran estudiando una carrera universitaria. Ellas se centran en aquellos
libros de temática romántica y/o erótica pero yo lo ampliaría a todos los
subgéneros que puede abarcar la Literatura Juvenil y también exigiría más
novelas protagonizadas por estudiantes universitarios. (Fuente: http://www.juvenilromantica.es/2014/01/especial-new-adult-en-espana-como.html).
Es llamativo que las reseñas mejor valoradas en mi blog sean de novelas juveniles protagonizadas por estudiantes universitarios: El blog de Cyrano de Rosa
Huertas (estudiantes de 1º de Periodismo en Madrid), Sin tiempo para soñar de Jordi
Sierra i Fabra (estudiantes de 2º de Periodismo en Barcelona) y No le digas que aún la amo de Blanca Álvarez (si pulsáis sobre los respectivos
títulos podréis acceder a ellas). Sin embargo, me resulta chocante que ni en
las novelas juveniles ni en las adultas se mencione la beca Erasmus.
Hace un par de años
Javier Ruescas publicó en su blog una entrada titulada Reflexión sobre el panorama de la Literatura infantil y juvenil donde
comentaba su participación en una de las mesas de trabajo del XXV Salón del libro infantil y juvenil.
De su lectura me ha llamado la atención lo de las prescripciones escolares
donde siempre se tratan los mismos temas: delincuencia, drogas, accidentes de
tráfico, acoso escolar, alcohol, maltrato, marginación, tabaquismo… y que son
demasiado frecuentes en la Literatura Juvenil, al menos desde finales de los 90
– principios de los 2000 que fueron los años en los que yo estaba en la ESO.
(Fuente: http://javierruescas.blogspot.com.es/2012/01/reflexion-sobre-el-panorama-de-la.html).
No sé si habéis leído mi entrada sobre las lecturas obligatorias en el colegio
pero aquí os vuelvo a dejar el enlace: http://pinceladasdeliteratura.blogspot.com.es/2014/02/lecturas-obligatorias-en-el-colegio-si.html
y relacionado con esto me parece muy desacertada por parte de Ediciones SM la publicación de El enigma del scriptorium de Pedro Ruiz
García y que obliguen a leer dicha novela en Secundaria, a no ser que quieran
hacer que los adolescentes acaben odiando la lectura y la Historia.
Para terminar me
gustaría ver más presencia de la etapa universitaria en la Literatura en
general pero también me gustaría leer novelas protagonizadas por jóvenes que
estén entre los 25 y los 32 – 33 años aproximadamente y que sea capaz de
reflejar la situación actual. No hay novelas que muestren a la juventud de hoy
día. De manera tímida están empezando a aparecer las redes sociales y los blogs
pero siempre desde el punto de vista del ocio y muchas veces mostrando su parte
negativa. En las novelas más actuales es difícil encontrar que las redes sociales son una herramienta profesional más y que empieza a haber casos de
personas que se descubren en las redes sociales y que después se conocen en
persona estableciendo una relación de carácter profesional. Tampoco vemos
reflejado que haya jóvenes que deciden emprender y crear sus propias empresas,
que otros se ven obligados a emigrar y un largo etcétera de situaciones muy
cotidianas.
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