Ya
sé que decidí cerrar mi etapa como bloguera hace unos meses. Entonces insinúe
que quizá fuese temporal. He decidido volver, aunque a mi ritmo y sin obligarme
a publicar cada x tiempo. Hoy es un buen día para volver por estos lares.
Hoy
traigo algunas reflexiones necesarias e incómodas sobre el emprendimiento digital
en femenino. Son una selección de algunas publicaciones mías en Instagram. Hoy se celebra el DÍA DE LA MUJER EMPRENDEDORA.
Algunas
mujeres emprendedoras que a mí me inspiran y a las que sigo en dicha red social
son:
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Ainhoa Rosado
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Irene Gallardo
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Alice Bush
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Noe Gil Loef
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Más Empresaria
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Susana Torralbo
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Lucía Jiménez Vida
Asesorías, consultorías, mentorías. Tres servicios
casi idénticos. Parecen una novedad de los últimos años. No lo son. Hace
décadas que existen. (Fuente: Elaboración propia).
Las asesorías y las consultorías siempre han sido conceptos
asociados al mundo empresarial como una parte más de un negocio. Siempre han
sido servicios que alguna vez se han ofrecido y se ofrecen gratis. Mientras que
las mentorías siempre se han entendido como las enseñanzas de un profesor hacia
un alumno en el ámbito académico o de un jefe hacia sus subordinados en el
empresarial.
Una mentoría es algo implícito y gratuito. Debe entenderse
como parte de la formación continua en los ámbitos académico y profesional. Los
mentores deben ser profesionales con varios años de experiencia y una
trayectoria más o menos larga que lo avale. Eso sería lo ideal.
El boom del emprendimiento digital femenino ha modificado el
concepto de las mentorías. Ahora se han convertido en un negocio más. Ha
surgido también un perfil bastante específico de mentora. Sus características
más comunes serían:
ü Chicas jóvenes y atractivas entre los 25 y los
35 años, y que suelen trabajar desde sus propias casas.
ü Mujeres que han llegado al emprendimiento a
partir de 2017 y que casi sólo se dirigen a clientes de sexo femenino.
ü Negocios digitales muy enfocados en productividad,
marketing y crecimiento personal.
ü Mentorías muy centradas en una escasa
experiencia emprendedora que apenas llega al lustro.
ü Marcas personales que se parecen demasiado
entre sí a la hora de comunicar y vender.
ü Mentoras que se sienten obligadas a
justificarse y a dar explicaciones a unos seguidores y/o clientes que mañana
podrían perder el interés en ellas.
Ahora se valora demasiado la juventud y la inexperiencia.
Ahora es demasiado importante la inmediatez y lo efímero. Las mentorías han
perdido su esencia. Esta relectura les ha hecho perder el gran prestigio que
tenían antaño.
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Texto
e imagen publicados en Instagram el 7 mayo 2021
Emprender
no es ninguna novedad. Quizá lo sea hacerlo en femenino. Quizá lo sea hacerlo
en digital. Quizá esto sólo sea una tendencia. Una burbuja que explote en pocos
años. (Fuente: Elaboración propia).
Las redes sociales han creado unas necesidades y unas
dinámicas que en los 90 no existían. Nos han vendido recetas y discursos que
hemos creído ciertos. Fórmulas y mensajes que hemos asimilado como propios sin
cuestionarlos.
Han surgido anglicismos para términos y expresiones que ya
existen en nuestro idioma y cuyo uso preferimos desterrar al fondo de un baúl.
Hemos asumido que nosotros como emprendedores somos un
producto y nos convertimos así en un objeto. Hemos hecho lo mismo con ese
cliente ideal y nos hemos creído que es un perfil ajeno al nuestro propio.
Maquillamos con palabras nuestra trayectoria y disfrazamos como una necesidad
aquello que a nosotros sí nos funciona. Nos construimos un personaje acorde con
las tendencias del momento. Nos olvidamos de nuestro derecho a la intimidad y a
la imagen al ceder parte de esta a personas anónimas a las que tratamos como si
fuesen amistades. Silenciamos aquello que haría nuestra historia más realista y
menos perfecta. Nos descontextualizamos a nosotros mismos.
Apenas se encuentran historias de emprendedores más o menos
honestas. Me refiero a aquellas que no te chirrían cuando las lees. Aquellas
que no te hacen cuestionarte la sinceridad de la persona que hay tras esas
líneas. También aquellas que no te frustran al querer venderte un servicio o
producto en cuestión de horas, sin tiempo para meditar la decisión y con la
presión de un reloj. Una de ellas es la emprendedora de la imagen. Alguien con
la que, al menos de momento, soy capaz de identificarme.
Una emprendedora que usa un lenguaje neutro en cuestión de
género. Una mujer que se atreve a usar el masculino en su comunicación. No se
dirige sólo a ellas y eso es de agradecer. Sí, yo también soy mujer
emprendedora y estoy cansada de esos discursos femeninos que hacen que nos excluyamos
a nosotras mismas y construyamos círculos cerrados donde sólo pueden acceder
mujeres.
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Texto
e imagen publicados en Instagram el 12 agosto 2021
Instagram ha creado unas amas de casa 2.0. Mujeres que se definen a sí
mismas como madres empresarias y que venden los beneficios de trabajar desde
casa. (Fuente: Elaboración propia).
Sus negocios se centran en la productividad y el crecimiento
personal. Hablan sólo a las mujeres. Enseñan unas agendas llenas y sin huecos.
Idealizan un estilo de vida difícil de alcanzar y falto de credibilidad. Crean
frustración y juegan con eso. Centran sus negocios en la creación de hábitos
para mejorar tu bienestar. En apariencia innovan, pero sólo es un maquillaje.
Uno de esos hábitos que venden es el de la lectura. Crean
clubes cerrados y virtuales para ello. Sus técnicas recuerdan a las clases de
Literatura y sus lecturas obligatorias. La lectura es impuesta y la
organizadora facilita un resumen y sus impresiones. Lo ideal sería lo
contrario: una elección entre todos y compartir impresiones. Así sólo crearán
lectores perezosos y poco críticos.
Leamos sin expectativas aquellas novelas que nos llamen la
atención. Disfrutemos de tramas protagonizadas por personajes de cualquier
edad. Eliminemos nuestros prejuicios lectores.
Supero los 30. En apariencia ya no tengo edad para leer juvenil.
Tampoco para disfrutar ese tipo de novelas. Sin embargo, las de la foto han
conseguido sorprenderme. Me gustaría leer más tramas así y no sólo en
personajes adolescentes o veinteañeros.
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Texto
e imagen publicados en Instagram el 15 octubre 2021
Siempre me
ha atraído todo lo relacionado con conocerse a uno mismo. Sí, lo que hoy se
conoce como crecimiento personal y profesional. (Fuente: Elaboración propia).
Es una temática que descubrí por casualidad hará ya unos años
gracias a youtubers italianos. Emprendedores que surgen en redes
sociales y que no sólo se dirigen a las mujeres, si no que van más allá.
Diversos comienzos, enfoques y maneras de tratar algo tan complejo como el
autoconocimiento y todo lo que implica:
💬 @machedavvero empezó para hablar sobre maternidad.
💬 @shantilives lo hizo desde la sexualidad y la salud mental.
💬@stefanotiozzo comenzó con la fotografía de viajes.
💬 @aliceslifestyle se ha especializado en mindfulness.
💬 @rachelbels_ sobre escritura de obras de ficción.
💬 @minimalistamente sobre minimalismo.
💬 @luciajimenezvida sobre productividad y hábitos.
💬 @giugyssima habla sobre estudio, trabajo y productividad.
A España ha llegado más tarde y con un enfoque algo
diferente. Una perspectiva mucho más basada en el marketing y la competitividad
con una comunicación en femenino y sólo dirigida a mujeres. Un enfoque donde
predomina la presión para tomar una decisión para ayer y la imposición de un
trabajo de autoconomiento ya prefabricado. Una aproximación al crecimiento
personal y profesional más centrada en las teorías de los libros de autoyuda y
la comodidad de las pantallas.
En una comparación entre las perspectivas italianas y españolas,
me identifico más con la primera y los valores que transmite. Una perspectiva
más basada en la propia experiencia personal de trabajar en uno mismo y las
vivencias de vivir y trabajar en países extranjeros. Un enfoque donde predomina
la humildad de reconocer que hay altibajos emocionales y la autenticidad de
mostrar un aprendizaje continuo sobre sí mismos. Una aproximación al
crecimiento personal y profesional más centrada en la libertad de que cada uno
marque su propio ritmo y la incomodidad de hacerse autocrítica.
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Texto
e imagen publicados en Instagram el 21 octubre 2021
Emprender
es intentar cubrir ciertas necesidades observadas en nuestra sociedad. La
atención al cliente y su gestión se convierte en un pilar básico de un negocio.
(Fuente: Elaboración propia).
Emprendedora y clienta ideal son dos expresiones muy leídas y
escuchadas en los últimos meses. Sí, en femenino, al menos en sectores
digitales como estética, nutrición y/o crecimiento personal. Sus palabras
hablan de una atención al cliente demasiado teórica e idealizada. Sin embargo,
su comunicación va mucho más allá y engloba lo que muestran, lo que insinúan y
lo que se callan. Es ahí donde aparecen las contradicciones y ciertas
deficiencias.
Es curioso que el único feedback que muestran casi siempre
sea positivo. Apenas dejan espacio para que cualquiera exprese una crítica
constructiva, respetuosa y bien argumentada. Quizá esa persona no se convierta
en un cliente a corto plazo, pero podría serlo a medio o largo. Quizá le
atraiga lo que propone y quiera entablar una relación profesional del tipo que
sea. Quizá estudie durante meses esa marca personal para buscar una manera de
colaborar entre ambas.
El emprendimiento digital en femenino intenta mostrar una
imagen de cercanía y empatía. Sin embargo, muchas veces sólo ves barreras ante
ti. Muros que están en ellas, pero también en ti. Murallas que son difíciles de
derribar a través de correos electrónicos, comentarios en redes sociales o
conversaciones a través de una pantalla. Piedras que se suman cuando no es la
emprendedora con marca personal la que responde y quien lo hace es una
asistente virtual.
Como emprendedoras deberíamos estar abiertas a recibir las
conocidas "Quejas y Sugerencias" de toda persona con la que hayamos
tenido algún contacto profesional por mínimo que éste sea. Entendamos esto como
una oportunidad de aprendizaje y para mejorar nuestra atención al cliente.
Siempre nos sorprenderá y enriquecerá saber que imagen proyectamos hacia los
demás.
Derribemos las murallas que son las pantallas con sus textos,
fotografías y videollamadas. Apostemos por tratar a clientes y colaboradores cara
a cara. Volvamos a las miradas, las sonrisas y los gestos.
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Texto
e imagen publicados en Instagram el 18 noviembre 2021
7 Enlace a mi Instagram: https://www.instagram.com/elevelarde/